Se vive hoy en día una situación que amenaza la estabilidad
y el bienestar de toda la región de Iraq y Siria que es difícil de entender porque todos los
bandos involucrados declaran ser musulmanes. Esta una situación que ha causado
la muerte, no solo de miles de musulmanes, sino incluso de cientos de miles,
muchos de los cuales son, una vez más, mujeres y niños. El epicentro de este
conflicto es Siria, pero desde ese entonces se ha extendido a Iraq. En un lado
tenemos a Bashar Al Assad y el liderazgo Shi’a de Iraq y, en el otro, el grupo
que se conoce como Estado Islámico, o ISIS. (Estado Islámico de Irak y el
Levante, EIIL por sus siglas en castellano e ISIL o ISIS por sus siglas en inglés.
Llamado según sus propios integrantes Estado Islámico, EI).
Todos conocemos la brutalidad y los excesos de Assad, un
hombre que procede de los Nusayri, la secta Shi’a Alawi, cuyos dogmas están muy
lejos del Islam. Él y sus soldados han
asesinado, saqueado y utilizado gases letales contra sus propios ciudadanos. Y
también conocemos la brutalidad y los excesos del gobierno Shi’a de al-Maliki
en Iraq que ha utilizado su paso por la presidencia para desatar la venganza y
el castigo contra todos los que parecían estar conectados, de una u otra
manera, con el régimen anterior. Este conocimiento podría tentarnos a defender
el bando del ISIS en el conflicto actual porque se declaran musulmanes y no Shi’a.
Pero esto sería un grave error.
En vez de ser una manifestación moderna del califato auténtico
y de las formas correctas del gobierno islámico, son en realidad una
manifestación de los grupos más secesionistas y destructores que han aparecido
en la historia del Islam: los jawariŷ. El término ‘jawariŷ’ es una palabra árabe
que significa “los que se han salido”, y que fue utilizado en un principio para
describir a un grupo que había abandonado el grupo principal de los musulmanes
para adoptar una postura extrema y desviada en la época del Califato de
Sayyidina Ali Ibn Abi Talib. Esto tuvo lugar tras la batalla de Siffin, en el
conflicto entre Ali y Sayyidina Mu’awiya. El conflicto duraba ya un cierto
tiempo sin que se viera una solución posible; en consecuencia, los dos grupos aceptaron
un arbitrio con Abu Musa al-Ash’ari representando a Ali y Amr Ibn al-As
representando a Mu’awiya. Pero un número de individuos que se habían aliado con
Sayyidina Ali para la batalla rechazaron esta medida, fueron a verlo y le
dijeron: “Nadie puede juzgar excepto Allah”. Y luego citaron las palabras de
Allah: “El juicio solo le pertenece a Allah. Él dice la verdad y Él es Quien
mejor decide”. (Sura de los Rebaños, 57).Ali recordó que el arbitrio era una práctica
del Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz; él fue quien nombró a Ibn Mu’adh
para que arbitrara entre los musulmanes y los Banu Quraydha de Medina. Pero ese
grupo no estaba dispuesto a escuchar; lo llamaron transgresor y kafir porque,
según su opinión, lo que se considera una acción errónea de importancia saca a
una persona del Islam. Takfir es una de sus características definitorias, lo
mismo que lo es su obstinación, puesto que solo consideran correcto basarse en
lo que ellos dicen, ni siquiera en el caso del mismísimo Mensajero de Allah, al
que Allah le dé Su gracia y paz.
En un hadiz transmitido por Abu Said al-Judri, describe una
ocasión en la que el Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, estaba
repartiendo un botín de guerra; de repente se acercó un hombre llamado Dhul-Juwaysira,
de los Banu Tamim, y le dijo: ‘¡Sé justo!’, insinuando que el Mensajero de
Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz, estaba siendo injusto. (Sahih Al
Bujari, 6534). Este mismo individuo llegó a ser uno de los líderes de los
jawariŷ y uno de sus oponentes más encarnizados. Fueron combatidos y matados en
Nahrawan por Ali Ibn Abi Talib. Pero un grupo pequeño sobrevivió y se reunió en
Kufa donde hicieron un pacto para asesinar a Sayyidina Ali, Sayyidina Amr Ibn
al-As y Sayyidina Mu’awiya. Consiguieron hacerlo en el caso de Ali, pero
fracasaron con los otros dos. Así pues, los jawariŷ originales tomaban como
objetivos válidos a todos los musulmanes que no estaban de acuerdo con su forma
de ver el mundo. Esto se basa en su afirmación de que toda acción incorrecta de
importancia hace salir a una persona del Islam, y como definen como acción
incorrecta a toda aquella que ellos no admiten, les da rienda suelta para
calificar de kufr a toda la raza humana que no es parte de su grupo. Esto se
demuestra con el comentario que hizo Hurqus Ibn Zuhayr, uno de los líderes de
los jawariŷ, a Sayyidina Ali, durante la discusión a propósito del arbitrio en
Siffin. Ibn Kazir transmite que Hurqus dijo: “Esta es una acción incorrecta que
exige que hagas tawba.” (Ibn Kazir, “El principio y el fin”, capítulo séptimo).
Pero son ellos los que deben hacer tawba por salirse de la Umma Musulmana y
rebelarse contra la ŷama’a. Todo grupo que adopte su ideología jamás podrá ser
considerado un califato porque su ethos es la antítesis del mismo al ser un
rechazo de la ŷama’a y un rechazo del resto de la Umma Musulmana. Pedimos a
Allah que unifique a la Umma Musulmana y que nos proteja de todo lo que
significa una amenaza a nuestro bienestar y a nuestra unión.
Estado Islámico
Hablando del hombre que le había dicho que fuese justo y que
luego formó parte de los jawariŷ, el Profeta, al que Allah le dé Su gracia y
paz, dijo: “Tiene compañeros cuyas oraciones y ayunos, con los vuestros, os harían pensar que los
vuestros son insignificantes. Recitan el Corán, pero no pasa más allá de sus
clavículas. Pasan por el Din como la flecha atraviesa la presa. Si alguien
quisiera encontrar la punta de la flecha, su atadura, su asta o sus plumas, no
encontrarían nada pegado a ello, ningún resto de sangre o excrementos del
animal”. Dicho con otras palabras, no obtienen cosa alguna del Din, ni la más mínima
huella. Y en otra versión dijo que su recitación del Corán haría que la nuestra
pareciese algo insignificante. (Sahih Al Bujari, 6534).
No cabe duda de que estos jawariŷ pueden ser muy seductores
y convincentes porque, para el incauto, pueden parecer gente muy piadosa y con
gran conocimiento del Din. Los jawariŷ originales fueron capaces de persuadir a
muchos musulmanes para que se pasaran a su bando, aunque luego la mayoría lo
abandonó cuando Sayyidina Ali se dirigió al grupo y demostró que la postura que
habían tomado era falsa. Pero este conocimiento que parecen tener es, en
realidad, vacío y sin fundamento. Lo cierto es que, tal y como dijo el Profeta,
al que Allah le dé Su gracia y paz, no hay el menor rastro del Din en lo que
hacen. Es un extravío absoluto y sus esfuerzos jamás producen un resultado
positivo. Esto se ha demostrado cada vez que han aparecido en la historia, algo
que ha ocurrido muchos cientos de veces. Nunca han creado algo bueno, positivo
o duradero. Todo lo que han producido es muerte, caos y destrucción. Un ejemplo
reciente fue el GIA de la Argelia de los años 1990. Pretendiendo estar en la
verdad, asesinaron y masacraron miles de civiles argelinos a los que
consideraban objetivos válidos y cómplices del Estado porque no combatían en su
bando. Y luego, cuando saciaron esa sed de matanza, se volvieron unos contra
otros hasta aniquilarse por completo.
Y ahora este grupo llamado ISIS demuestra tener muchos
rasgos similares. Llaman kafir a todos los musulmanes que no están de acuerdo
con ellos y consideran que su sangre es lícita. No dejarán de matar, y a los
que matan y seguirán matando más que a ningún otro, es a los musulmanes. Y
seguirán justificando sus matanzas, ante sí mismos y ante todos los que les
escuchen, hasta que solo queden ellos. Ibn Umar dijo: “Toman ayats que fueron
reveladas a propósito de los no musulmanes y las aplican en contra de los
musulmanes”. (Sahih Al Bujari). Y luego, cuando hayan terminado de masacrar a
musulmanes, se volverán contra sí mismos de forma inevitable. En su Estado no
hay nada islámico y su comportamiento bárbaro va en contra de todos los
preceptos y parámetros del Din. No han creado, ni tampoco crearán, nada bueno o
duradero, a no ser que Allah los guíe y sus corazones se abran a la luz
verdadera del Din. La gente de su especie nunca ha creado algo positivo. Son
una plaga que asola a los musulmanes. Allah dice: “Dicen que son los que están
arreglando las cosas pero, en realidad, son los que propagan la corrupción, a
pesar de que no lo saben”. (Sura de la Vaca, 11-12).Cuando Sayyidina Ali
hablaba con Hurqus, le dijo: “Los que son como tú, Hurqus, son los que Allah
menciona en el Corán cuando dice: “Di: ‘¿Queréis saber quiénes son los mayores
perdedores en sus acciones? Aquellos cuyos esfuerzos en este mundo están
extraviados pero que creen estar haciendo el bien’”. (Sura de la Caverna,
103-104).Y tú, Hurqus, y esto lo juro por el nombre del Señor de la Ka’ba, tú
estarás entre ellos”.
Así pues, aconsejo que reflexione de nuevo todo aquel que se
ha sentido atraído por el ISIS o se ha alegrado por su aparición. No prestes
atención a su propaganda, no creas que están fortaleciendo al Islam. Y, por
supuesto, no pienses en uniros a ellos porque lo único que harás será matar
musulmanes y pensar que todos tus hermanos y hermanas, personas que habían sido
tus compañeros y amigos más cercanos, están fuera del Din. Acabarás teniendo un
corazón carente de misericordia y de compasión y, como bien sabemos, el que no
tiene misericordia no podrá recibir misericordia, ni siquiera de su Señor.
Pedimos a Allah que dé éxito a Su Din, que ayude a los que ayudan a Su Din y
que ponga trabas a los que ponen trabas a Su Din. Pedimos a Allah que dé a
nuestros hermanos musulmanes, especialmente a los que son vulnerables a la
propaganda de grupos como el ISIS, discriminación y sabiduría, y que les
permita discernir la verdad para seguirla, y que puedan ver lo que es falso y
peligroso para evitarlo. Pedimos a Allah que nos mantenga siempre en el camino
recto y nos proteja del extravío. Pedimos a Allah que dé la victoria a Su Din y
ayude a los que se esfuerzan y luchan con sinceridad en Su nombre, y que les
haga derrotar a sus enemigos. Y Le pedimos que restablezca en nuestra época el
emirato verdadero, el emirato que sigue la Sunna del Profeta, al que Allah le dé
Su gracia y paz, y la sunna de los Julafa ar-Rashidun, radhi’llahu ‘anhum.
Fuente: islamhoy. Author: Habib Bewley
Sheij Habib Bewley es Imam Jatib de la Jumuah Mosque de Ciudad del
Cabo. Está licenciado por la Universidad de Edimburgo en Árabe y Maestría en
Traducción. Ostenta un diploma de tres años en Estudios Islámicos de la
Universidad Qarawiyyin de Fez, además de una iyaza en Jurisprudencia, Gramática
Árabe y Corán (del que es hafith) de Sheij Muhammad Belbahloul de Kelaa
Sraghna. Es profesor de Estudios Islámicos en el Dallas College, Ciudad de
Cabo.
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