Los últimos diez días
del mes de Ramadán eran muy significativos para el Profeta Muhammad,
sallallaahu 'alayhi wa sallam, y sus Seguidores, que Al-lah esté complacido con
todos ellos; razón por la cual la guía que nos dejaron de cómo aprovecharlos es
especial; a continuación expondremos algunas de las acciones que acostumbraban
realizar durante este tiempo, para que las conozcamos y tratemos de aplicarlas
en nuestra adoración:
El Mensajero de Al-lah, Sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos instó a que leyéramos el Corán
mostrándonos la gran recompensa a la que se hace merecedor el que sigue su
consejo; nos dice: "Lean el Corán, por cada letra leída tendrán diez Hasanah
(recompensa)…" (At-Tirmidhi). También nos informó que el Corán será un
defensor para quien lo haya leído y haya obrado según sus enseñanzas el día del
Juicio Final, tal como lo trasmitió Muslim en una narración.
Nuestros antecesores
piadosos y virtuosos acogieron el consejo de nuestro profeta, sallallaahu
'alayhi wa sallam, por ello encontramos personas como Al Aswad Ibn Iazid que leía
completamente el Corán cada 6 días, pero cuando llegaba Ramadán lo hacía en
tres, y en las últimas diez noches en cada una de ellas lo leía entero.
Le pedimos a Al-lah que
nos Ayude para que Le adoremos y complazcamos, y que nos Mantenga en el camino
de los piadosos y virtuosos.
Consagrar la noche a
adorar a Al-lah; en Al Bujari y Muslim encontramos que 'Aa'ishah, que Al-lah
esté complacido con ella, relató que cuando llegaban los diez últimos días de
Ramadán, el Profeta Muhammad, sallallaahu 'alayhi wa sallam, se dedicaba a la
adoración por las noches y le ordenaba a su familia que igual lo hiciera, además
no mantenía relaciones maritales en este tiempo. Su esposa 'Aa'ishah, que
Al-lah esté complacido con ella, también dijo: "No sé de un mes en el que el Mensajero de Al-lah, sallallaahu
'alayhi wa sallam, leyera todo el Corán en la noche, velara entregado en la
adoración hasta el amanecer y lo ayunara completo, aparte de Ramadán" (An-Nasai'). Lo anterior nos muestra que él,
sallallaahu 'alayhi wa sallam, acostumbraba esto parte de la noche o toda. Si
queremos que la misericordia de Al-lah nos alcance en este mes, debemos
proponernos con seriedad aprovechar sus noches dedicándolas a la adoración de
Al-lah, Altísimo Sea.
Recomendar a la familia
que dediquen la noche a la adoración y despertarlos para tal fin, tal como vimos
que el Profeta, sallallaahu 'alayhi wa sallam, hacía; lo que demuestra el interés
que tenía porque su familia se beneficiara obteniendo las bendiciones y
recompensa que hay en este sagrado mes. Todos debemos procurar despertar a
nuestra familia para adorar a Al-lah, no hacer como hacen muchos, que obran
para sí mismos y no son capases de pensar en los seres más cercanos él.
Abstenerse voluntariamente de mantener
relaciones matrimoniales en la noche, cuando es permitido, como lo ilustra
también el relato de 'Aa'ishah, que Al-lah esté complacido con ella, con el
objetivo de entregarse enteramente a la adoración de Al-lah, con el alma pura
sin nada que la turbe.
Observar el I‘tikaf (retiro) en la mezquita, en especial porque
esta es una de las costumbres que el Profeta Muhammad, sallallaahu 'alayhi wa
sallam, dejó establecidas, principalmente durante estos diez últimos días, en
los cuales buscaba la recompensa de Lailatul Qadr (la Noche del Decreto) dedicándose
enteramente a la adoración en este tiempo.
Una de las principales
cosas a las que nos debemos dedicar en Ramadán es a la lectura del Corán, en
especial durante los últimos diez días. Dicha lectura debe ser con conciencia,
entendiendo y sintiendo lo que se lee, Dice Al-lah (lo que se interpreta así en
español): {En el mes de Ramadán fue revelado el Corán como
guía para la humanidad y evidencia de la guía y el criterio} [Corán 2:185]. El Profeta,
Sallallahu ‘alayhi wa sallam , en
este mes estudiaba el Corán con el ángel Yibril (Gabriel), recitándole lo que
había sido revelado durante el mes; el último año de su vida lo hizo dos veces.
El Mensajero de
Al-lah, Sallallahu ‘alayhi wa sallam , nos instó a que leyéramos el Corán
mostrándonos la gran recompensa a la que se hace merecedor el que sigue su
consejo; nos dice: "Lean el Corán, por cada
letra leída tendrán diez Hasanah (recompensa)…" (At-Tirmidhi). También nos informó que el
Corán será un defensor para quien lo haya leído y haya obrado según sus enseñanzas
el día del Juicio Final, tal como lo trasmitió Muslim en una narración.
Nuestros antecesores
piadosos y virtuosos (As-Salaf As-Saleh) acogieron el consejo de nuestro
profeta, sallallaahu 'alayhi wa sallam, por ello encontramos personas como Al
Aswad Ibn Iazid que leía completamente el Corán cada 6 días, pero cuando
llegaba Ramadán lo hacía en tres, y en las últimas diez noches en cada una de
ellas lo leía entero.
Le pedimos a Al-lah que nos Ayude para que Le
adoremos y complazcamos, y que nos Mantenga en el camino de los piadosos y
virtuosos.
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