Otro mal
hábito, que acostumbra acompañar a la ghiba y que es también estrictamente
prohibido en el Islam, es el de contar chismes.
Esto significa contar a otros lo que tu oíste de alguien, de tal manera
que cause disensión entre la gente, agrie su relación o aumente la antipatía ya
existente entre ambos.
Desde sus
primeras revelaciones en la Meca, el Corán condenó este hábito diciendo:
"¡Nos obedezcas, pues, a los chismosos!" (68:10).
Y el Profeta (B y P) dijo:
"El que difunde los chismes que ha oído por ahí no entrará al Paraíso" Y "Los más malvados entre los siervos de Allah son aquellos que
andan difundiendo chismes, dividiendo a los que se aman y tratando de
difamar a los que son inocentes".
Para alentar
la paz y la conciliación, el Islam permite que un mediador esconda las malas
cosas que una persona pueda decir de otra y le permite aumentar algunas cosas
buenas que, de hecho, ninguno de ellos ha dicho.
Esto no se
considera mentir, porque el Profeta (B y P) dijo: "No miente quien, al conciliar entre dos
personas, dice algo bueno o adiciona algo bueno (a las palabras de los que
están en disputa) ".
El ataque del Islam está
particularmente dirigido contra esa gente que tan pronto como oyen algo malo,
se apresuran a contarlo para conseguir un favor o por el simple gusto de causar
problemas y conflicto. De hecho,
muchos de esta clase no se conforman con simplemente repetir lo que han oído
sino que añaden algo o se inventan algo.
Como un poeta dijo:
Si escuchan una buena palabra, la ocultan;
Si escuchan un mala palabra, la gritan
Y si nada escuchan, inventan una mentira.
Un hombre
fue ante Omar bin Abdul 'Aziz y le contó algo acerca de otro hombre que al
mencionado no le hubiese gustado que se diga.
Entonces, Omar le dijo:
"Examinemos tu caso: si
estás mintiendo, eres uno de esos mencionados en la aleya que dice: "¡Creyentes! Si
un malvado os trae una noticia, examinadla bien, no sea que lastiméis a gente
por ignorancia y tengáis que arrepentiros de lo que habéis hecho".
(49:6). Y si estás diciendo la verdad eres uno de los mencionados en la aleya
que dice : " ... al pertinaz difamador, que va sembrando
chismes..." (68:11) Pero si quieres te podemos perdonar". El hombre dijo: "Por favor perdóname, Emir de los
creyentes. Nunca volveré a
hacerlo".
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