Las virtudes del sacrificio ritual y la
mejor forma de realizarlo
Normas del sacrificio
Condiciones del animal sacrificado
¿Qué debe hacerse
durante el sacrificio?
¿Qué debe evitar el musulmán los primeros
diez días del mes de la peregrinación si quiere ofrecer un sacrificio?
Normas del Sacrificio Ritual del Cordero
Que Dios bendiga y
otorgue la paz a nuestro Profeta Muhámmad, a su familia y a sus compañeros.
El sacrificio ritual es
uno de los grandes rituales del Islam, en el cual recordamos la unidad absoluta
de Dios, Sus bendiciones sobre nosotros y la fe de nuestro ancestro Abrahán.
Por lo tanto debemos conocer en profundidad este ritual de gran importancia. Lo
siguiente es una breve mirada a este importante ritual.
Este sacrificio ritual
en honor a Dios se realiza en el Islam con animales de granja, como ganado
bovino, ovino o camellos, en el país donde vive quien ofrece el sacrificio,
dentro del período abarcado entre la oración de la festividad en el día de Náhr
(‘Id al-Ad há), hasta el 13 del mes de la peregrinación, Dul Híyyah. Dios dijo
(traducción del significado):
“Reza, pues, a tu Señor y sacrifica [los animales
en Su nombre]”(Al-Káwzar, 108:2).
“Diles: Por cierto que mi oración,
mi oblación, mi vida y mi muerte pertenecen a Allah, Señor del Universo”
(Al-An’ám, 6:162).
“Por cierto que hemos prescripto a cada nación sus
ritos. Recordad el nombre de Allah al sacrificar las reses que os proveímos.
Vuestra divinidad es una sola. Someteos a Él, y albricia [¡Oh, Muhámmad!] a los
humildes [que obtendrán la bienaventuranza]” (Al-Hách, 22:34).
El sacrificio ritual es
una tradición profética confirmada, de acuerdo a la mayoría de los eruditos.
Algunos eruditos la consideran un deber, y otros la consideran una obligación.
Esto será discutido abajo en detalle. El principio básico es que esto es algo
requerido en el período mencionado, ya sea a título personal o a nombre de una
persona fallecida o los miembros de su familia, y puede incluir a quien desee,
esté vivo o esté muerto. Con respecto al sacrificio ritual a nombre de quien ha
fallecido, si el fallecido dejó un tercio de su riqueza con ese propósito o lo
incluyó en su legado, entonces su voluntad debe cumplirse. Si no es así, pero
la persona quiere ofrecer un sacrificio a nombre del fallecido, esto es una
buena obra y se considera como una caridad a nombre del fallecido. Pero la
tradición profética es básicamente que el peregrino ofrece el sacrificio por
los miembros de su familia, estén vivos o muertos, y en ese caso cuando
sacrifica el animal debe decir “Allahúmma hada ‘ánni wa ‘an aali baiti” (Dios
nuestro, esto es a nombre mío y a nombre de los miembros de mi familia), y no
necesita hacer un sacrificio por separado para cada persona fallecida.
Los eruditos están de
acuerdo en que sacrificar un animal y dar su carne en caridad es mejor que dar
su valor en caridad, porque el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones
de Allah sean con él) solía hacer este sacrificio, y él no enseñó nada que no
fuera lo mejor y lo más correcto. Esta es la opinión de los imames Abu Hanifah,
Ash-Sháfi’i, y Áhmad Ibn Hánbal.
Las virtudes del sacrificio ritual y la
mejor forma de realizarlo
Una oveja es suficientemente buena como sacrificio para el musulmán
y para los miembros de su casa, porque en el reporte de Abu Aiyub dice: “En el
tiempo del Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con
él) un hombre sacrificaba una oveja a nombre de sí mismo y de los miembros de
su familia, y comían de ella y la repartían en caridad”. Narrado por Ibn Máyah
y por At-Tirmidi, quien lo clasificó como auténtico.
Los tipos de animales prescritos para el sacrificio son los
camellos, vacas y ovejas. Algunos eruditos han afirmado que el mejor sacrificio
es el del camello, luego el del ganado, y luego el de la oveja; y luego una
parte de una camella o vaca, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) dijo acerca de la oración del viernes: “Quien
llega temprano a la oración del viernes, es como si hubiera sacrificado un
camello”. Esta es la opinión de los tres imames Abu Hanifah, Ash-Sháfi’i y
Áhmed Ibn Hánbal. En base a esto, una oveja es mejor que un séptimo de un
camello o una vaca.
El imam Málik afirmó que el mejor tipo de sacrificio es la oveja
joven, luego una vaca, y luego un camello, porque el Profeta Muhámmad (que la
paz y las bendiciones de Allah sean con él) sacrificó dos carneros, y nunca
hizo nada que no fuera lo mejor.
La respuesta a este punto de vista es que él (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) escogió en este caso lo que era más apropiado
para la mayoría de su comunidad, a sabiendas de que la comunidad seguiría su
ejemplo, y porque no quería dificultarles las cosas. Este fue el punto de vista
del shéijs Ibn Baaz.
Un camello o una vaca es
suficiente para siete personas, a causa del reporte narrado por Yábir (que Dios
esté complacido con él) quien dijo: “Ofrecimos un sacrificio en Al-Hudaibiyah
con el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), un
camello por siete personas y una vaca por siete personas”. De acuerdo a otra
versión: “El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con
él) nos ordenó compartir camellos y ganado, uno por cada animal”. De acuerdo a
otra versión: “… entonces una vaca era sacrificada a nombre de siete personas,
y la compartíamos”. Reportado por Muslim.
Normas del sacrificio
El sacrificio es uno de los rituales
confirmados en el Islam. Se menciona en la obra Yawáhir al-Iklil Sharh Mujtasar
Jalil que por esta razón, no debe ser descuidado (Rasá'il Fiqhíyah, por el
Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín, pág. 46). Hay dos opiniones entre los eruditos
acerca de este punto:
1. Que es obligatorio. Esta es la opinión de
Al-Uzá’i, Al-Láiz y Abu Hanifah, y es una de las dos opiniones narradas del
imam Áhmad. También fue la opinión de Ibn Taimiyah y una de las dos opiniones
de la escuela máliki. Quienes favorecieron este punto de vista han citado la
siguiente evidencia:
a) El verso (traducción del significado):
“Reza, pues, a tu Señor y sacrifica [los
animales en Su nombre]”(Al-Kawzar, 108:2). Esto parecería indicar que es obligatorio.
b) El reporte de Yundub (que Dios esté
complacido con él) reportado en As-Sahihain y en otras partes, quien afirmó:
“El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:
“Quien hizo su sacrificio antes de rezar, que sacrifique otro en su lugar; y
quien no lo haya hecho todavía, que lo haga en nombre de Dios”. Narrado por
al-Bujari, 3221,
c) El reporte: “Quien pueda afrontar el
ofrecimiento de un sacrificio pero no lo haga, que no se acerque a nuestro
lugar de oración”. Narrado por Áhmad e Ibn Máyah, clasificado como auténtico
por Al-Hákim del reporte de Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él).
Al-Háfiz Ibn Háyar dijo en Fáth al-Bari: “Sus transmisores son confiables”.
2. Que es una Tradición Profética confirmada,
y que es desaconsejable descuidarla. Esta es la opinión de la mayoría de los
eruditos. Es la opinión de la escuela de jurisprudencia del imam Ash-Sháfi’i, y
es la opinión mejor conocida del imam Málik y del imam Áhmad Ibn Hánbal. La
mayoría de ellos considera que es desaconsejable descuidar el ofrecimiento de
este sacrificio cuando se tiene la capacidad de llevarlo a cabo. Ellos basan su
opinión en la siguiente evidencia:
a) El reporte de Yábir (que Dios esté
complacido con él) en Sunan Abu Dawud, donde él dijo: “Recé en la festividad de
Al-Ad há con el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean
con él) y cuando él terminó la oración, le trajeron dos carneros y los
sacrificó. Y dijo: “En el nombre de Dios, El Clemente, El Misericordioso,
ofrendo esto a mi nombre y a nombre de cualquiera de mi comunidad que no ofrece
sacrificio”. Sunan Abu Dawud, bi Shárh Muhámmad Sháms al-Háqq Abadi, 7/486.
b) El relato reportado por todos los grandes
expertos de la ciencia de los reportes excepto Al-Bujari: “Quien entre ustedes
quiera ofrecer un sacrificio, que no se recorte nada de su cabello o uñas”.
El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín dijo,
comentando la diferencia de opinión entre quienes dicen que es obligatorio y
quienes dicen que es sólo recomendable:
“Cada punto de vista tiene evidencia a su
favor. Nosotros consideramos que ofrecer un sacrificio es algo que no debe
descuidarse, por lo que este acto de culto implica, que es rememorar a Dios, y
para asegurarse de que uno ha hecho lo mejor posible”.
Condiciones del animal sacrificado
1. El animal debe haber
alcanzado una edad determinada, que es de seis meses para un cordero, un año
para una cabra, dos años para una vaca, y cinco años para un camello.
2. Debe estar libre de
cualquier defecto físico, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Hay cuatro animales que no es
aceptable ofrecer en sacrificio: el animal tuerto, el animal enfermo, el animal
cojo, y el animal demacrado que se le ven los huesos”. Sahih al-Yami’, No. 886.
Hay defectos menores que no descalifican al animal, como un animal al que le
falta un cuerno o una oreja, pero es desaconsejable sacrificar tales animales,
y es mejor escoger uno completamente sano. El sacrificio es un acto de culto
hacia Dios, y Dios es Bueno y sólo acepta lo que es bueno. Quien honra los
ritos de Dios lo hace con temor reverencial en su corazón.
3. Está prohibido
venderlo. Si un animal ha sido seleccionado para el sacrificio, no es
permisible venderlo ni entregarlo, excepto a cambio de uno que sea mejor. Si un
animal da a luz, su cría debe ser sacrificada con él. Es también permisible
montarlo si es necesario. La evidencia para esto es el reporte narrado por
Al-Bujari y Muslim de Abu Hurairah (que Dios esté complacido con él) quien dijo
que el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)
vio a un hombre llevando a su camello y le dijo: “Móntalo”. El hombre le
respondió: “Es para el sacrificio”. A lo cual le dijo por segunda vez:
“Móntalo”.
4. Debe ser sacrificado
en el momento especificado, que es desde la finalización del sermón de la
Festividad del Sacrificio (no desde que comienza el horario para la oración y
el sermón) hasta que se pone el sol en el último de los días de tashriq, que es
el treceavo día del mes de la peregrinación (Dul Híyyah). El Profeta Muhámmad
(que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien haya realizado
el sacrificio antes de la oración, que lo repita”. Narrado por al-Bujari y
Muslim.
‘Ali (que Dios esté
complacido con él) dijo: “Los días del sacrificio son el día de al-Ad há y los
tres días que le siguen”. Esta es también la opinión de Hasan al-Basri, ‘Atá'
Ibn Abi Rabah, Al-Uzá’i, Ash-Sháfi’i y Ibn Al-Mundir (que Allah tenga
misericordia de todos ellos).
Es preferible para el
musulmán que ofrece un sacrificio no comer nada en el día antes de comer la
carne que ha sacrificado, si es posible, a causa del reporte: “Que cada
musulmán coma de lo que ha sacrificado”. Clasificado como auténtico en Sahih
Al-Yámi’, 5349. Esta comida obviamente debe hacerse después de la oración del
‘Id y del sermón. Esta es la opinión de los eruditos, entre ellos ‘Ali, Ibn
‘Abbás, Málik, Ash-Sháfi’i, y otros. La evidencia en que se basan es el reporte
de Buraidah (que Dios esté complacido con él): “El Profeta Muhámmad (que la paz
y las bendiciones de Allah sean con él) no salía en el día de la Festividad de
la Purificación (‘Id al-Fítr) hasta que había comido, y no comía en el día de
la Festividad del Sacrificio (‘Id al-Ad há) hasta que había ofrecido su
sacrificio”. Al-Albani dijo: “Su cadena de transmisión es auténtica”.
Al-Mishkat, 1/452.
También es mejor que el
musulmán sacrifique a su animal él mismo, pero si no lo hace, es recomendable
que por lo menos esté presente cuando el animal es sacrificado.
Es recomendable dividir
la carne en tres partes: un tercio será consumido, un tercio será dado como
regalo, y un tercio será dado en caridad. Esta fue la opinión de Ibn Mas’ud y
de Ibn ‘Umar (que Dios esté complacido con ellos). Los eruditos estuvieron de
acuerdo en que no es permisible vender nada de esta carne, ni la grasa, ni la
piel. En un reporte autenticado, el Profeta Muhámmad (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien venda el cuero del animal que
ofreció en sacrificio, no ha habido sacrificio para él (es decir, no cuenta
como tal)”. Clasificado como bueno en Sahih al-Yami’, 6118. El matarife no debe
recibir parte de la carne como paga o recompensa por sus servicios, porque ‘Ali
(que Dios esté complacido con él) dijo: “el Mensajero de Dios (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) me encomendó hacerme cargo del sacrificio y
dar en caridad su carne y su piel, y no darle nada de ella al matarife como
compensación. Y me dijo: “Le daremos algo de lo que nosotros tenemos” (Reporte
consensuado). Se ha afirmado que es permisible dar al matarife algo como
regalo, y también que es permisible dar una parte de esa carne a un no musulmán
pobre, sea pariente o vecino, como forma de suavizar sus sentimientos hacia el
Islam. Ver Fatáwa Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz.
¿Qué debe evitar el musulmán los primeros
diez días del mes de la peregrinación si quiere ofrecer un sacrificio?
La Tradición Profética
indica que quien quiera ofrecer un sacrificio debe abstenerse de recortarse el
pelo o las uñas, o incluso parte de la piel, desde el primer día del mes de Dul
Híyyah hasta que ofrece su sacrificio, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y
las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Cuando vean la luna nueva del mes
de Dul Híyyah, si alguno de ustedes quiere ofrecer un sacrificio, que no se
corte ni el pelo ni las uñas hasta que haya ofrecido su sacrificio”. De acuerdo
a otro reporte: “Que no se recorte nada del pelo o las uñas”. Narrado por
Muslim con cuatro cadenas de transmisión, 13/146. La redacción de estos últimos
dos reportes implican que esta es una condición obligatoria, y que por lo tanto
recortarse el pelo y las uñas está prohibido, y esta es la opinión correcta. Si
un musulmán se recorta el pelo o las uñas en estas circunstancias ha cometido
un pecado y debe buscar el perdón de Dios, pero no debe ofrecer una expiación y
su sacrificio ofrecido todavía es válido. Quien deba realmente recortarse algo
del pelo, las uñas o la piel porque no hacerlo le causará un daño, por ejemplo
en el caso de una uña que se rompe y provoca una herida en un dedo del pie o
una mano, debe removerla y no hay pecado en que remueva sólo lo necesario. Este
caso es similar al del peregrino que ha ingresado a su consagración ritual,
para el cual es permisible afeitarse si no hacerlo le causará algún perjuicio.
No hay nada de malo con que los hombres y las mujeres laven sus cabezas durante
los primeros 10 días de este mes, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) sólo prohibió cortar el cabello, y al
peregrino también le está permitido lavar su cabeza.
La razón de esta
prohibición de remover el pelo o las uñas es porque la persona que va a ofrecer
el sacrificio está en la misma situación que el musulmán cuando ingresa en la
consagración ritual para hacer la peregrinación mayor o menor, al menos en
parte, porque está ofreciendo un sacrificio para acercarse a Dios. Así, alguna
de las reglas de la consagración ritual se aplican a quien quiere ofrecer un
sacrificio, por lo tanto que se abstenga de lo que Dios ha prohibido con la
esperanza de que Dios le agracie con el Paraíso. Y Allah sabe más.
Si un musulmán se
recorta el pelo o las uñas durante los primeros 10 días de Dul Híyyah porque no
está planeando ofrecer un sacrificio, pero luego decide hacerlo, entonces debe
abstenerse de hacer esto desde el momento que toma la decisión.
Algunas mujeres
musulmanas delegan hacer el sacrificio a nombre suyo a sus hijos o a sus
hermanos, creyendo que de esta forma quedan libres de recortarse el cabello o
las uñas durante los primeros días de este mes. Esto no es correcto, porque
estas normas se aplican a quien ofrece el sacrificio, aunque lo haga a través
de otra persona. La prohibición no se aplica a la persona designada para
realizar el sacrificio, sino a la persona que quiere ofrecerlo a nombre suyo o
a nombre de alguien más, como se ha afirmado en el reporte. En el caso de la
persona que está oficiando el sacrificio para alguien más, ya sea por propia
voluntad o porque se lo han encargado como trabajo, la prohibición no se aplica
a él.
Es evidente entonces
que esta prohibición se aplica a quien tiene la intención de ofrecer el
sacrificio y no alcanza a su esposa e hijos, a menos que uno de ellos esté
ofreciendo un sacrificio a título personal también. El Profeta Muhámmad (que la
paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía ofrecer un sacrificio a
nombre de su propia familia, y no se ha reportado que él les prohibiera
cortarse el pelo o las uñas.
Quien está planeando
ofrecer un sacrificio y luego decide hacer la peregrinación no debe recortarse
el pelo ni las uñas cuando desee ingresar a la consagración ritual, porque esta
es la Tradición Profética, y sólo debe hacerlo cuando hay una necesidad para
ello. Pero si el musulmán está realizando la peregrinación menor y mayor juntas
(tamattu) que es cuando realiza la peregrinación menor, luego sale de la
consagración ritual y vuelve a ingresar a ella para realizar la peregrinación
mayor, debe recortar su cabello cuando termine la peregrinación menor, porque
ésta es una parte necesaria del ritual.
Estas son las cosas que
han sido prohibidas al musulmán que quiere ofrecer un sacrificio, como se
desprende de los reportes auténticos arriba citados. No está prohibido para
este musulmán usar perfume, mantener relaciones maritales o usar ropa cosida,
como en el caso de las demás normas del peregrino. Y Allah sabe más.
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