domingo, 1 de marzo de 2015

La historia de Zumamah ibn Uzal

La historia de Zumamah ibn Uzal

En el sexto año de la emigración (hégira) el Profeta (sallalahu alaihi wasalam) decidió ampliar el espectro de su misión. Entonces envió ocho cartas a los distintos gobernantes de la Península Arábiga invitándolos al Islam. Uno de esos gobernantes era Zumamah ibn Uzal.
Zumamah ibn Uzal al-Hanifi era uno de los gobernantes árabes más poderosos de la era pre-islámica. Era la autoridad de la tribu Banu Hanifah y su palabra no era discutida ni desobedecida.

Cuando Zumamah recibió la carta del Profeta (sallalahu alaihi wasalam), la ira lo consumió y la rechazó. Se rehusó a escuchar la invitación a la verdad y la guía. Pero más aún, sintió el deseó de asesinar al Profeta (sallalahu alaihi wasalam) y enterrar su misión junto con él.

En su camino a cumplir con el objetivo de asesinar al Profeta, Zumamah se encontró con un grupo de compañeros del Profeta a quienes asesinó. Como consecuencia, el Profeta (sallalahu alaihi wasalam) ordenó su captura.
Tiempo después, Zumamah decidió realizar una visita ritual a La Meca. Quería circunvalar la Ka’bah y ofrecer el sacrificio de animales a sus ídolos. Entonces dejó su zona de al-Yamamah para dirigirse a La Meca. Cuando iba pasando por las cercanías de Medina, un grupo de musulmanes que patrullaban la zona apresó a Zumamah, sin saber quién era él. Lo llevaron a Medina, lo ataron a una de las columnas de la mezquita y esperaron a que el Profeta (sallalahu alaihi wasalam) decidiera qué hacer con él.

Al ingresar a la mezquita, el Profeta (sallalahu alaihi wasalam) vio a Zumamah y preguntó a sus compañeros:

― “¿Saben a quién han apresado?”
― “No mensajero de Allah” le respondieron.
― “Este es Zumamah ibn Uzal Al-Hanifi” dijo. “Han hecho bien en capturarlo”.

El Profeta volvió a su familia y les dijo:

― “Tomen comida y llévenla a Zumamah ibn Uzal”.

Luego ordenó que su camella sea ordeñada y le dieran a Zumamah de su leche. Todo esto tuvo lugar antes de hablar con Zumamah.
El Profeta (sallalahu alaihi wasalam) se acercó a Zumamah con la esperanza de que éste abrazara el Islam.

― “¿Qué piensas que haré contigo Zumama?” le dijo.

― “Tengo en mente que harás el bien Muhammad. Si me matas estás matando a un asesino; si me tratas bien estarás tratando bien a alguien agradecido, y si quieres dinero (como rescate), pide lo que quieras”.

El Profeta lo dejó así por dos días, y personalmente le enviaba comida y leche de su camella. Nuevamente fue donde él y le dijo:

― “¿Qué tienes para decir sobre ti mismo?”

Zumamah repitió lo que había dicho días atrás, por lo que el Profeta se retiró y volvió al día siguiente.

― “¿Qué tienes para decir sobre ti mismo?”

Zumamah repitió lo que había dicho días atrás, por lo que el Profeta le dijo a sus compañeros:

― “Liberen a Zumamah”.

Zumamah abandonó la mezquita del Profeta, en la que había pasado tres días, viendo como los musulmanes se reunían para hacer el salat, escuchaba las aleyas del Sagrado Corán que recitaba el Profeta (sallalahu alaihi wasalam) y presenciaba la hermandad y simpleza de los musulmanes. Por lo que Zumamah salió de la mezquita, libre, sin condiciones, pero con una visión completamente distinta sobre el Islam y Muhammad. Su corazón ya no era el mismo.

Zumamah caminó por un sendero hasta llegar a un huerto de palmeras donde tomó un baño; luego volvió a la mezquita del Profeta y delante de un grupo de musulmanes dijo:

― “¡Doy testimonio de que no hay más dios que Allah y que Muhammad es Mensajero de Allah!”

Luego fue donde el Profeta (sallalahu alaihi wasalam) y le dijo:

― “¡Oh Muhammad! ¡Por Allah! ¡En toda la tierra no había un rostro más odiado para mí que el tuyo y sin embargo ahora tu rostro es el más amado para mí! ¡Por Allah! ¡No había una religión más odiada para mí que tu religión, sin embargo ahora tu religión es la más querida para mí! ¡Por Allah! ¡No había una tierra más odiada para mí que tu tierra, pero ahora tu tierra es la más querida para mí! Asesiné a algunos de tus seguidores, ¿qué harás conmigo?

“No hay juicio para ti Zumamah” respondió el Profeta. “Al convertirte al Islam has borrado todas tus acciones pasadas, y tienes delante de ti un nuevo comienzo.”

Hermanos y hermanas en el Islam, este cambio en Zumamah se debió al buen trato que recibió del Profeta (sallalahu alaihi wasalam), el cual le abrió el corazón a la luz del Islam. Tomen entonces a Muhammad (sallalahu alaihi wasalam) como ejemplo y hagan el bien al prójimo y muestren misericordia a todos los seres humanos, puede que Allah guie así los corazones de la gente al Islam.
Hermanos y hermanas en el islam pidan paz y bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Allah nos enseña en el Corán:

“Ciertamente Allah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él”. [Corán 33:56]


Fuente: ahlalsunah