jueves, 21 de octubre de 2010

uNa CaRTa MuY eMoTiVa...


Le quitaron toda su ropa...
le quitaron todo lo que ella poseía...
y la llevaron a un sitio oscuro...
la amarraron fuerte y la privaron de todo movimiento...
y sintió como si la llevasen a hombros por el compás de los pasos...
oyó la voz de su amado entre ellos...
¿por qué no se lo impedía? ...
El sonido de sus pasos disciplinados sobre la tierra seca...
Y la brisa del alba acariciaba su vestido blanco...
Aunque no veía nada se imaginó que estaba nublado...
Y la tierra en la que se encontraba ahora era desierta y árida...
Por fin se detuvieron los pasos, y sintió como la depositaban sobre el suelo...
Sintió piedras que se cogían y otras que se depositaban a su vera.
Y la cogieron de nuevo...
y reinó el silencio...sintió como la oscuridad corroía sus huesos...
y encima suya sintió los sollozos de su niño...
sí, era él, a lo mejor vino para socorrerla...
pero ¿qué era lo que oía?
Su hijo estaba susurrando entre lágrimas: ¡¡¡mama!!!....
y llorando le decía su padre: ¡ánimo cariño! sé paciente, y pide por ella... vámonos hijo mío...
le invadió a mi hijo una enorme tristeza y echó una última mirada al cuerpo tendido y dijo con voz rota de dolor:
INNA LILEHI WA INNA ILAIHI RAYI3UN... SOMOS DE ALHAH Y A EL VOLVEMOS
Fue lo último que le oí decir...
Y oí como sonaban las piedras y caían tapando el último agujero por donde venía el sonido del exterior
Y por donde venía la luz y la VIDA Y el sonido de los pasos que se alejaban...
¿a dónde vais? ¿Dejándome sola?... ¿cómo me podéis abandonar aquí en esta oscuridad?
Miró a su alrededor y vio...
Vio ¿qué iba a ver? ¿Cómo iba a poder ver en semejante agujero?
Su oscuridad no era aquella a la que estaba acostumbrada a ver...
A La oscuridad de la noche la acompañaba la luz de la luna...
Y el destello de las brillantes estrellas...
Y se refleja su luz sobre las cosas y las personas...
Pero aquí no puede ni verse la mano...
Incluso siente como si tuviese los ojos sellados...
Se acordó de sus seres queridos, y sintió como se alejaron totalmente...
Y se estremeció todo su ser...
Y se levantó para alcanzarlos...
¿cómo la podían dejar ahí sabiendo que tenía miedo a la oscuridad y a la soledad?
Pero una mano fuerte la sentó violentamente...
Miró a su alrededor con un gran temor...
Y vio lo que nunca había visto antes...
Vio el miedo en forma de un ser...
Pero como lo podía ver a pesar de aquella obscuridad...
Y le preguntó con voz temblorosa:
¿quién eres? Y oyó una voz a su derecha que resonaba con fuerza: ¡¡¡vinimos a interrogarte!!!!....
Me viré a mi derecha y vi otro ser igual al anterior...
Se calló sin poder articular palabra y deseó que la tragara la tierra...
Y no ver a esta gente...
Pero se acordó que, efectivamente, la había tragado la tierra...
Deseó la muerte para escapar de esta situación que no tiene escapatoria...
Y se dio cuenta que sus deseos no le servían de nada....
Porque estaba muerta ya...
-¿quién es tu señor?-¿eh?-¿quién es tu señor?
-mi señor es Allah. No he adorado a nadie más en toda mi vida...
-¿cuál es tu religión?
-mi religión es el Islam.
-¿quién es tu profeta?
-mi profeta....
exprimió su memoria....
¿qué le pasa?
¿Cómo puede olvidar su nombre? ¿Acaso no repetía su nombre tantas veces y lo nombraba en sus rezos cinco veces al día?
Con voz enojada volvió a preguntarle aquel ser:
-¿quién es tu profeta?
-un momento ¡te lo suplico! no puedo recordarlo ahora
Y un bastón gordísimo fue levantado de la mano de aquel ser hacia su cabeza...
Y gritó y se engarrotó cada músculo de su cuerpo...
Y de repente se ilumino su nombre en su mente y gritó con toda su fuerza:
-Muhammad, mi profeta es Muhammad...
Y cerró sus ojos y no ocurrió nada....
Un silencio sepulcral...
Abrió sus ojos extrañada y le dijo el otro ser que se llamaba Nakir:
-te salvó un Dua'a que repetías siempre:
(¡oh Allah! tu que cambias los corazones, ¡mantén mi corazón firme en el Islam!)
Tembló todo su cuerpo de alegría, y quiso sonreír por lo contenta que estaba pero no era lugar para sonrisas...
¡oh señor mío! ¿Cuándo se acaba todo eso? Después le preguntó Munkar:
-¿tú solías retrasar la oración del Fayr?
-se le abrieron los ojos y vio que no tenía escapatoria esta vez porque tenía razón....de un empujón la puso delante suya...intentó llorar pero no podía...
se puso a caminar delante de Munkar y Nakir por un sendero largo y tenebroso
hasta que llegó a un sitio parecido a una cárcel...
sintió náuseas y deseó desmayarse pero eso no pasó...
y miró al sitio y a cada lado que miraba oía llantos y veía sangre, gritos y derrota, huesos que se rompían cuerpos que se quemaban y caras serias, se arrancó de su corazón toda clase de misericordia, y no hacían caso a las súplicas de aquella gente... la empujaron los dos ángeles, sus piernas no le sostenían se acercó a un hombre que estaba echado de espalda y encima de su cabeza uno de aquellos de las caras serias con una gran piedra entre las manos que soltó sobre la cabeza de aquel hombre destrozando todo su cuerpo...
ella se aterrorizó y se enmudeció del pánico. Y acto seguido el hombre torturado recuperó su cabeza, y el ángel volvió a repetir lo mismo que hacía un rato...
Allí le dijeron:
-¡acuéstate al lado de este hombre!
-¿cómo?
-¡Venga! ¡Vamos! Y la empujaron violentamente.
Ella resistió, y resistió…
Pero no sirvió de nada, su destino era oscuro...
Se acostó y el pánico casi le destrozaba por dentro...
Pidió ayuda a su señor, pero encontró las puertas de la súplica totalmente cerradas.
Se acabó el tiempo de la súplica en los momentos difíciles...
¡ojalá hubiera suplicado cuando lo podía hacer...!
¡Ojalá hubiera suplicado en vida...!
¡Ojalá pudiera volver a rezar dos Rakat...!
¡Sólo dos Rakat que pudieran interceder por ella!
Miró hacia arriba y vio a un ángel a la altura de su cabeza,
Con una enorme roca entre sus grandes manos diciéndole; -este será tu castigo hasta el día del juicio final, porque te quedabas dormida y no te levantabas a hacer tu Fard cuando perdió toda clase de esperanza, vio a un joven radiante como la luz de la luna llena, acercándose apresuradamente hacia ella.
Y le invadió un sentimiento de esperanza, la cara de aquel joven derrocha buen augurio, y su sonrisa iluminaba todo a su alrededor....
llegó el joven, y con su mano impidió al ángel que soltara aquella roca.
Le preguntó el ángel:
¿qué haces tú aquí?
-¡me mandaron para protegerla!
Le contestó.
-¿esta es una orden de Allah ta3ala?
-¡Sí! Afirmó el joven.
Ella se quedó extrañada, viendo como retrocedía el ángel y desapareciendo, dejándola en compañía de aquel joven cuya plácida cara le tranquilizó... ¿acaso estaba soñando?...le tendió la mano, y ella se levantó.
Le preguntó con educación:
- ¿quién eres?- yo soy la súplica de tu hijo por ti, y la limosna que da por ti, desde que moriste, no deja de suplicar a Allah por ti, hasta que Allah transformó su súplica en la mejor de las imágenes y me mandó aquí para salvarte...ella sintió de nuevo la presencia de Munkar y Nakir, y se dio la vuelta, fue cuando le dijeron: -mira éste es tu asiento de fuego.
Allah lo ha cambiado por otro del paraíso.
El profeta Muhammad sala Allah alaihi wa salam dijo:
“quien muere se corta su obra en esta vida salvo de tres:
una limosna permanente, una ciencia de la cual se beneficia la gente, y un hijo que pida por él.”