ASTRONOMIA
Las primeras ciencias que atrajeron la curiosidad de los doctos musulmanes fueron astronomía y las matemáticas. Su carácter práctico, les condujo a dedicarse principalmente a las ciencias exactas.
Se construyeron observatorios en los centros más o menos importantes del imperio islámico: en Bagdad, El Cairo, Córdoba, Toledo y Samarkanda, adquirieron fama bien merecida.
La escuela de astronomía de Bagdad data del reinado de Al Mansnur, el segundo califa de los Abássidas (754-775) siendo el mismo astrónomo. Bajo sus sucesores Harun arr-Rasheed y Al Mamun, la escuela realizó ciertos trabajos importantes. Se revisaron las teorías antiguas, se rectificaron varios errores de Ptolomeo y se corrigieron las tablas griegas.
La escuela de Bagdad fue responsable del descubrimiento del movimiento de apogeo del sol, la evaluación de la oblicuidad de la elipse y su progresiva disminución y el estudio detallado de la duración exacta del año. Los doctos de la escuela de Bagdad observaron la irregularidad de la latitud lunar más alta y descubrieron una tercera desigualdad lunar conocida con el nombre de variación, pronosticaron las manchas del sol, estudiaron los eclipses y la aparición de cometas y otros fenómenos celestes.
El ilustre Ali Ibn Younis, inventor del péndulo y del reloj del sol para quien construyó el califa Fatimita Al Hakem (990-1021) el observatorio en el monte Mocattan, está considerado como el fundador de la escuela El Cairo. Editó la gran tabla Hakemita, cuya exactitud supero a las de todos sus predecesores.
El sultán selyúcida llamado Melik Shah (1072-1092), un soberano ilustre que tenía muchos amigos entre los eruditos y los literatos, se sintió muy atraído por la astronomía.
Las observaciones que dirigió, condujeron hacia una reforma del calendario 10 siglos antes de la reforma gregoriana e incluso más exacta. Los autores de esta reforma fueron Abdul Rahman Haseni y Omar Khayyam, el autor de los famosos versos que hicieron inmortal su nombre.
MATEMATICAS.
Junto a la astronomía, las matemáticas fueron la ciencia más favorecida por los árabes. Muchos principios básicos de aritmética, geometría y álgebra, fueron descubiertos por eruditos musulmanes.
En aritmética, todavía utilizamos los números y el método de contar inventado por los árabes. La invención del álgebra, es atribuida a los árabes. Cuando el califa Al Mamun fundo "La casa del saber", nombró como director de la misma, a Mohmmed Ben Mussa Ben Khwarizimi. Su tratado sobre álgebra se titula Al Gebr Wa'l Maakalala (cálculos mediantes símbolos). Este trabajo, en la traducción de Gerard de Cremona:" Después de haber sido la piedra angular en el edificio matemático, construido por los árabes que vinieron detrás de él, iba a iniciar un día a sus colegas occidentales en la belleza del cálculo algebraico y al mismo tiempo en la aritmética decimal" ( Max Vinte Joux: El milagro árabe, Ediciones Charlot, París, 1950).
Según la opinión de Philip K. Hitti: "Al Khwarizimi, una de las mejores mentes científicas del islam, es sin duda el hombre que ejerció mayor influencia sobre el pensamiento matemático durante toda la Edad Media".
Su trabajo fue continuado por Thabit Ben Garrah, traductor de Almagesta de Ptolomeo, que desarrollo el álgebra y que fue el primero en aplicarlo a la geometría.
La trigonometría es la rama de las matemáticas que los árabes cultivaron con mayor diligencia, debido a su aplicación en la astronomía. Los primeros pasos en esta ciencia, se remontan a la época de Al Batani, que tuvo la ingeniosa idea de sustituir las subtensas de los arcos que usaban los griegos en sus cálculos trigonométricos, por la mitad de las subtensas de doble arco, es decir, por el seno de dicho arco, Al Batani fue el primero en emplear en su trabajo los términos de "seno y coseno". Los introdujo en el cálculo gnómico y se llamó sombra extendida. Es lo que llamamos en trigonometría moderna, la tangente (M. Charles: Concepción histórica de los métodos geométricos). La invención del signo "cero" por Mohammed Ben Ahmad, en el año 976 revolucionó las matemáticas, pero no se empleó en occidente hasta principios del siglo XIII.
FISICA
"Son los árabes quienes debieran ser considerados como los verdaderos fundadores de la física", afirma A. Humbolt. El tratado sobre la óptica por Hassan Ali Aitan (Alhasen) (963-1309) fue un hecho de gran importancia para la ciencia, M. Charles afirma que fue "el principio de la moderna ciencia de la óptica".
Este trabajo trata de la posición aparente de imagenes en espejos, de la refracción, del tamaño aparente de los objetos, del uso de la cámara oscura, que iba a ser tan importante en la fotografía, etc.
E. Bernard de Oxford afirma que fueron los árabes los que descubrieron el uso del péndulo para los relojes. No se puede negar el hecho de que la brújula fue inventada por los chinos, pero fueron los musulmanes quienes las perfeccionaron y la utilizaron con la aguja magnética para las necesidades de la navegación.
QUIMICA
No es ninguna exageración decir que la química, como ciencia, no existía antes de los árabes. Es cierto que los griegos conocían algunos de los elementos, pero no tenían ningún conocimiento sobre las sustancias más importantes como el alcohol, el ácido sulfúrico, el agua regia y el ácido nítrico. Fueron los árabes los que descubrieron todo esto junto con el potasio, la sal, el amoníaco, el nitrato de plata, la corrosión y la preparación del mercurio.
Si añadimos al hecho de que uno de los procesos básicos de la química, la destilación, fue un descubrimiento árabe, y que fueron ellos los primeros en usar los métodos de sublimación, cristalización, coagulación y copelación para extraer y mezclar sustancias, tenemos que reconocer que la contribución de los árabes a esta ciencia fue decisiva. Un importante número de términos empleados en química como son alcohol, alambique, álcali, elixir, etc. Son de origen árabe.
Sin duda alguna, el químico árabe más grande fue Abu Mussa Djafar Al Kufi (Djeber), que vivió en la segunda mitad del siglo VIII.
Varios de sus trabajos fueron traducidos al latín. El más importante de todos es "la suma de la perfección" traducido al francés en 1672. Abu Bakr Zacari Al Razi (Razes) en su libro "Al Hawi", fue el primero en describir como se hace el ácido sulfúrico y el alcohol que se obtenía destilando el almidón o la glucosa fermentada. En esta ciencia, los árabes procedieron de los estudios teóricos a la aplicación práctica.
La aplicación de la química en la farmacia también se lo debemos a los doctos musulmanes. Un gran número de productos que usamos diariamente como el agua destilada, el alcanfor, los jarabes y muchas pomadas son un legado de los árabes. Su progreso en la química industrial se muestra en el amplio conocimiento de sus artesanos en el arte de teñir, de curtir cueros y de templar el acero.
Entre las invenciones que beneficiaron a la industria, debemos mencionar la pólvora, y la fabricación de papel hecha en algodón, lino o trapos. La invención de la pólvora estuvo durante mucho tiempo relacionada con Roger Bacon, Alberto Magno y Berthold Swartz, también atribuida a menudo a los chinos.
Estudios hechos por Reinaud y Fave nos han demostrado claramente que, "aunque los chinos descubrieron el salitre y su utilización en fuegos artificiales, fueron los árabes quienes inventaron la pólvora como sustancia explosiva capaz de disparar proyectiles, es decir, que inventaron las armas de fuego.
Emplearon este tipo de proyectiles en defensa de Algeciras en 1342, cuando fue atacada por Alfonso XI. Será difícil exagerar la importancia de la invención del papel. Ello abrió una nueva época para la civilización. La difusión de libros baratos y la popularización de los estudios, solamente han sido posible desde que los árabes destituyeron el pergamino del mundo antiguo y el papel de seda de los chinos por papel corriente tal como los conocemos hoy en día.
MEDICINA
Después de las matemáticas y de la química, la medicina fue la ciencia que más atrajo a los musulmanes. Durante los primeros siglos de la Hégira, era parte integral de una completa educación. Por esos el número de médicos famosos y de tratados es considerable. Los médicos musulmanes desempeñaron un papel decisivo en la ciencia médica de occidente. Durante varios siglos los trabajos de Rhases, Avicena, Abul Cassis e Ibn Zohar, fueron la base de los estudios médicos en todas las universidades europeas.
Las escuelas de medicina de Salerno y especialmente Montpellier adquirieron fama mundial. El conjunto de conocimientos médicos publicados por Rhases (Abu Bakr Ibn Zacaria Al Razi) bajo el título de "Havi" (la vida virtuosa), así como su otro libro titulado "Mansur", sobre el califa Al Mansur, a quien se lo dedicó, fue durante cientos de años el más respetado y el más ampliamente utilizado de los manuales médicos.
"Havi" fue uno de los 9 tomos que constituían toda la biblioteca de la facultad de medicina de París en el año 1395. Contiene la primera descripción de alguna fiebre eruptiva como la viruela y el sarampión. Al Razi introdujo en farmacias el uso de purgantes suaves, la aplicación de ventosas en caso de apoplejía y la utilización de agua fría en caso de fiebre persistente. A él se atribuye también la invención del sedal, que utilizaba con mucha frecuencia. Los trabajos de Al Razi fueron traducidos al latín y publicados en varias ocasiones, principalmente en 1509 en Venecia y en 1528 en París. Su tratado sobre la viruela fue publicado de nuevo por última vez en el año 1745. Abu Ali Al Hussain Ibn Abdallah, conocido en oriente como Ibn Sina y en el resto del mundo como Avicena, fue sin duda alguna el más grande de todos los médicos musulmanes su (canun fi-'l- Tib) "Preceptos de la medicina “se publicó en lengua árabe en Roma en el año 1543. Apareció en una nueva edición de 5 tomos que trataban respectivamente fisiología, higiene, terapéutica y materia médica.
Durante 600 años, desde el siglo XII hasta el siglo XVIII, esta obra maestra sirvió como base para los estudios médicos en todas las universidades francesas e italianas.
Durante el siglo XV fue editada 15 veces en latín y una vez en hebreo. Se imprimió una y otra vez hasta el siglo XVII e incluso a principios del siglo XIX se dieron cátedra sobre este trabajo en la facultad de medicina de Montpellier. Además Avicena, escribió también un libro sobre "remedios para el corazón" y algunos poemas sobre medicina. Sobre farmacopea comprendía alrededor de 760 fármacos.
El progreso más importante realizado por los médicos musulmanes fue en el campo de la cirugía. Ya en el siglo XI sabían cómo tratar cataratas por prolapso o extracción del cristalino, litotricia y hemorragias; sabían cómo usar los cáusticos y sedales y practicaban la cauterización. Conocían los anestésicos que generalmente, están considerados como un descubrimiento moderno. Frecuentemente, antes de una operación dolorosa, administraban una droga hecha de una planta llamada "cizaña", hasta que el paciente quedaba completamente inconsciente.
El cirujano musulmán más destacado es Abul Qasim Khalaf Ben Abbas (Abucassis) de Córdoba, que murió en 1107. El famoso fisiólogo Haller afirma que sus trabajos fueron "la principal fuente de inspiración para todos los cirujanos desde esa fecha hasta el siglo XIV".
Las obras quirúrgicas de Abulcassis se imprimieron en latín en el año 1487.
La España musulmana produjo otros muchos médicos de gran reputación, entre ellos, Ibn Zohar y Averroes. El principal mérito de Ibn Zohar fue la introducción a la medicina de las leyes de observación científica. El punto más importante de su terapia era el de los poderes naturales del cuerpo humano para auto curarse de ciertas enfermedades. Fue el primero en combinar el estudio de la medicina con el de la cirugía y farmacia. Sus escritos sobre cirugía hablan por primera vez de la broncofonía y contienen instrucciones detalladas para el tratamiento de dislocaciones y fracturas.
Averroes (Abdul Walid Mohammed Ibn Ruchd), escribió un tratado sobre antídotos sobre venenos y fiebres. Su principal obra médica "Kulliyet" se imprimió por primera vez en Venecia en el año 1490, siendo posteriormente editado de nuevo en diferentes países.
La oftalmología debe su existencia a la ciencia árabe. El "memorándum para oculistas" de Ali Ibn Issa, no se quedó anticuado hasta el siglo XIX. La primera operación de extracción de una catarata se llevó a cabo en el año 1256 por Al Mahusin, que inventó la aguja hueca.
Sabemos que la religión musulmana contiene unas admirables normas sobre la higiene:
Baños frecuentes,
Prohibición de alcohol
La carne de cerdo
Además los médicos musulmanes siempre dieron importancia a la observación de las normas higiénicas en el tratamiento de las enfermedades.
"Los hospitales árabes, dice Gustave Le Bon, fueron construidos bajo condiciones que, desde el punto de vista higiénico, fueron muchos mejores que nuestros hospitales de hoy en día. Eran enormes y en ellos circulaban libremente el aire y el agua...
Los aforismos de la escuela de Salerno contienen muchas instrucciones muy valiosas sobre la higiene. Sabemos que esta escuela, que fue considerada durante mucho tiempo como la mejor de Europa, debe su reputación a los árabes".
LITERATURA
Probablemente uno de los logros más notables de la mente musulmana fue su contribución al pensamiento filosófico. En comparación, la influencia sobre la literatura fue menos espectacular. Sin embargo, en una cierta esfera desempeñó un papel decisivo.
Hay que considerar el nacimiento de la poesía lírica moderna en Europa; esto se puede fijar con bastante precisión con respecto al tiempo y al lugar. Apareciendo casi simultáneamente en España y Francia, a principios del siglo XII, luego se extendió a Italia y al resto de Europa. Los romances españoles y las trovas provenzales son sus primeras formas de expresión. El renacimiento de la literatura en los países de Languedoc supera los límites de la historia literaria. Marca el punto decisivo en la civilización del occidente.
"Sería imposible exagerar el valor creativo e inspirado de la poesía provenzal, tanto en el mundo del sentimiento como en el de las artes", es la poesía moderna, quizás más aún que la poesía latina. Sin ella, no hay ninguna explicación para la poesía italiana ni para la española, ni para los trovadores alemanes y, desde luego, mucho menos para la poesía cortesana del norte de Francia. Pero, ¿Qué es exactamente la canción de los trovadores? El trabajo de Julien y de Ramón Menéndez Pidal, y los estudios de R. Nycle, muestra sin duda alguna, que la poesía de los trovadores, con sus grandes cambios en el modo de pensar y de sentir de occidente deriva directamente de la poesía popular árabe-andaluza.
Las últimas investigaciones de la Nueva Escuela Española de Historia, han establecido entre la poesía lírica andaluza, cuyos primeros ejemplos aparecieron a finales del siglo IX, y la poesía lírica provenzal, unos paralelos tan claros y una analogía tan obvia, que es imposible explicarlas sin admitir la influencia decisiva de una sobre otra.
Esta forma de poesía apareció en Andalucía en el siglo IX, en el popular "Zerjel". Esto representa uno de los más atractivos resultados de la fusión de dos civilizaciones, la árabe y el romance.
El notable trabajo de Asím Palacios sobre el origen musulmán de la Divina Comedia, ha demostrado la influencia que ejerció sobre Dante el gran místico Muhy Addin Ibn Arabi, y el poeta ciego Abul Ala Al Maari. La novela filosófica de Ibn Tufayl "Hay Ibn Yakzan" (El viviente, hijo del vigilante), traducida al latín por Edward Pococke el Joven, en 1671, y después a la mayoría de las lenguas europeas, inspiró a Daniel Defoe y le sirvió como modelo para su obra "Robinson Crusoe".
Ibn Hazm, una de las mentes más brillantes de la España musulmana ejerció una influencia constante sobre la literatura occidental. Fue un escritor muy prolífico, escribió varias fabulas, cuentos y apologías que, a partir del siglo XIII, se extendieron por toda Europa.
La obra "Don Quijote", de Cervantes, está profundamente imbuida del espíritu árabe. Se puede concluir diciendo como hace Philip Hitti que: "En general, la contribución árabe más valiosa a la literatura de Europa medieval fue su influencia sobre la forma, gracias a la cual la imaginación occidental pudo liberarse de las reglas impuestas por la tradición".
Pero no se puede cerrar este capítulo sobre la literatura musulmana sin mencionar la poesía persa, que es su máximo ornamento. Ciertamente no contribuye de una forma directa a la evolución del pensamiento occidental, ni al refinamiento de la sensibilidad occidental, pero por su maravilloso colorido, por su delicado lirismo, suntuoso y sutil al mismo tiempo, y por su gracia soberana, se ha ganado la admiración del mundo entero.
Goethe, hablando con el canciller Von Mnelle, dijo una vez: "A lo largo de 5 siglos los persas tuvieron solamente 7 poetas que ellos consideraron como verdaderos maestros, pero incluso entre que aquellos que rechazaron, los había mejores que yo".
Hafiz fue el primer poeta persa que consiguió verdadera fama en Europa. Fue el orientalista alemán Von Hammer-Purgstall quien tuvo el honor de introducir al maestro de los "ghazels" (poemas líricos) a los lectores occidentales. Su traducción de toda la colección de poemas de Hafiz apareció en el año 1812-1813. La verdad es que, al principio, sólo trajo la atención de un limitado círculo de literatos. Pero fue completamente diferente cuando Goethe publicó su colección de poemas llamados " West-Ostlicher Diwan", en 1819. La colección de poemas de Hafiz, fue traducida de manera parcial o en su totalidad a todas las lenguas europeas. Pero la fama de Hafiz, como la de todos los demás poetas de oriente y occidente fue superada por el renombre mundial de Omar Khayyam. Él es verdaderamente, uno de los poetas más leídos en los dos hemisferios. Existen por lo menos doce traducciones del "Rubayat" en francés, así como varias en inglés, alemán, ruso, italiano, español, danés, húngaro y turco.
Se puede hablar, con razón de un verdadero culto al poeta en los países anglosajones. El club de Omar Khayyam se fundó en Londres en el año 1892 y dio origen a una multitud de instituciones similares.
ARQUITECTURA Y ARTES PLASTICAS
El florecimiento del arte musulmán es uno de los fenómenos más rápidos jamás vistos en la Historia.
Nació como resultado de la fusión de los estilos que encontraron los árabes a lo largo de su conquista de los países del Mediterráneo Oriental.
La fórmula de este nuevo arte fue modificada y enriquecida por los diversos pueblos que formaron parte de la comunidad islámica, según su talento nativo y las influencias externas a la que estaban sujetos.
De esta forma, los monumentos de El Cairo y Córdoba pueden ser confundidos con los de Samarkanda o los de Delhi. El sobrio balance de los planos y de los volúmenes y la moderación arquitectónica de los monumentos de Alepo y Damasco, son diferentes a la exuberante fantasía de los palacios de Granada y de Sevilla.
La inteligencia abstracta de los hombres del desierto encuentra su expresión en las líneas geométricas del arabesco. Los azulejos esmaltados y floreados de Ispahan reflejan los sueños poéticos del Irán.
Pero esta diversidad no impide la unidad.
El estilo musulmán sobresale de todos los demás. Esta unidad tiene su origen en la unión espiritual de la comunidad islámica y en la particular sensibilidad creada por las enseñanzas del Corán. Es la religión la que ha ayudado a dar al arte musulmán las fuertes características espiritualizadas y abstractas que veremos en él. Esta influencia se ve especialmente en los conceptos arquitectónicos de los artistas musulmanes y en el diseño arabesco.
Las mezquitas, el arte sagrado de los musulmanes, nos atestiguan el carácter monumental y el esplendor ornamental del pasado arquitectónico del Islam.
La influencia que ejerció sobre la arquitectura de las iglesias y castillos medievales es algo indiscutible.
La España medieval aceptó plenamente la mayoría de las tradiciones artísticas de Andalucía, que había estado bajo la directa ocupación de los árabes. La influencia sobre el arte italiano fue considerable, como resultado del asentamiento de los árabes en Sicilia. A Francia llegó por Septimanía. Las obras de Emile Male, una autoridad en esta materia, señala su importancia.
La influencia de la mezquita de Córdoba es evidente en Notre Dame de Puy: "No puede ser pura casualidad que se vea el arco de trébol en la Catedral de Puy junto con el arco multilobulado, el arco de herradura y el arco de piedra bicolor de la Mezquita de Córdoba. El origen oriental de todas estas formas está afirmado por los caracteres árabes que enmarcan la entrada. La fachada multicolor, el doble arco, que es tan característico de la Mezquita de Córdoba y las pechinas, nos recuerdan a Andalucía (A. Fikry: L'Art roman du Puy et les influences islamiques, París,1934).
Ya tuvimos ocasión de mencionar la influencia musulmana sobre las artes industriales. Es en las "artes menores “donde es mayor esta influencia. Los objetos de lujo hechos por los diestros artesanos del Islam deslumbraron los ojos de los occidentales. Muchos de estos objetos todavía se conservan en los tesoros reales o eclesiásticos.
Las copas y jarros tallados en cristal de roca y las cristalerías esmaltadas en colores brillantes, gozaron de especial popularidad, así como el repujado en cuero, armas, alfombras y tejidos, especialmente las sedas, siendo las más hermosas utilizadas en los vestidos reales y sacerdotales, tales como el manto llevado en la coronación de los emperadores del sacro germánico o la espléndida casulla que puede verse en el Museo de Artes Decorativas de París.
(El tejido llamado damasco toma su nombre de la ciudad de Siria de este mismo nombre: Damasco; la muselina debe su nombre a Mosul, baldaquín viene de Bagdad; y el tafetán es un nombre persa).
La influencia musulmana no estuvo en vigor solamente en las artes industriales. Vamos como F. Diez, en su erudita obra sobre el arte musulmán describe la influencia que, según él ejerció en Europa la escultura selyudices de personajes vivos, la gran importancia artística de este adorno turco-islámico, que incorporaba esculturas de personajes vivos en su difusión en el Norte de Europa.
La explicación de este estilo ornamental a finales de la Edad Media, tiene su origen en el desplazamiento de las rutas comerciales del mundo del Sur al Norte como resultado de las migraciones turcas y de su constante avance hacia el Oeste. Una de las rutas comerciales desde Asia Menor hacia el Norte, bordeando el Sur de los Urales o bien atravesándolos, después a través de Alemania Oriental y el mar Báltico llegaba hasta Inglaterra. Ciudades comerciales como Hamburgo, Lubeck, Riga y Novgorod, se fundaron durante la segunda mitad del siglo XII. Las ciudades de Vladimir y Sudal, el Este de Moscú, superaron a Kiev en importancia.
Las fachadas de las iglesias en estas dos ciudades atestiguan todavía la gran influencia del estilo turco-islámico en Europa (F. Diez Kunst der islamichen volker, Berlín, 1915)
GEOGRAFIA E HISTORIA
"Su pasión por viajar, dice Renan, es uno de los rasgos más brillantes del carácter árabe y uno de los que les ayudaron a poner su marca más profunda en la historia de la civilizacíon.
Hasta la época del gran ímpetu de la navegación española y portuguesa, en los siglos XV y XVI, ningún pueblo contribuyó tanto como los árabe a la amplia concepción del Universo y a dar al hombre una idea exacta del planeta donde vive, que es el requisito previo de todo progreso real" (Ernest Renan, Miscelánea de historia de viajes, París, 1878).
Ya en el siglo IX los comerciantes árabes, que fueron los primeros en explorar esas lejanas tierras, visitaron China, África y el Norte lejano, lo que ahora conocemos como U.R.S.S.
El relato del viaje de Soleiman escrito en el 851 y terminado en el 880 por Abu Zeyd, fue el primer trabajo que se publicó sobre China. Masudi (Hassan Ali Al Masudi), cuyo gran mérito fue reconocido por el mundo científico a finales del siglo XVIII, viajó a mediados del siglo X a través del inmenso imperio de los califas, de un extremo a otro. Además, visitó Ceilán, Madagascar y Zanzíbar. En su famosa obra "Pastos dorados “describe la naturaleza de los países que vio, "sus montañas, sus océanos, sus dominios, sus dinastías, así como las creencias y costumbres de los habitantes".
Ibn Haykal Al Biruni, Idrissi e Ibn Batuta, son otros viajeros y eruditos autores de obras geográficas inestimables, que hicieron accesible a Occidente horizontes sobre los cuales nunca se había soñado.
Idrissi, que nació en Ceuta en el año 1099 y que vivió en la Corte de Palermo, escribió un tratado sobre geografía para Roger II de Sicilia. "Durante trescientos cincuenta años, dice L.A. Sedillot, los cartógrafos europeos sólo copiaron este tratado con insignificantes variaciones".
Haremos una mención especial del Mapa de Tamerlan Mundi de Ulug Beg, el nieto de Tamerlan y autor de las famosas tablas astronómicas que llevan su nombre. Cuando lo dibujó, se basó, principalmente, en los escritos de Nasr De Dine Thusi y en las observaciones de Al Koshdj. Este último, por orden de Ulug Beg, realizó un viaje a China y comprobó la media de un grado del meridiano y el tamaño del mundo.
Hablando de las cartas marítimas que elaboraron los árabes, Sedillo describe que pertenecía a Malem Cana, moro del Gujerat, a quien llevó como guía a Melinda. Otra carta, dibujada por el árabe Omar, ayudó a Al-Burquerque cuando navegaba por el mar de Omán y el Golfo Pérsico.
En una carta escrita desde Haití y fechada en Octubre del año de 1498, Cristobal Colón nombra a Aventuez (Averroes), como uno de los autores que le condujo a adivinar la existencia del nuevo mundo (Navarrete: Colección de viajes y descubrimientos. Citado por Renan en: Averroes y el averroísmo, Madrid A. Humboldot: 1925. "Historia del Descubrimiento del Nuevo Mundo").
El número de escritores musulmanes que nos han dejado obras históricas es muy grande. En el diccionario histórico de Kätib Tcheleb, llamado "Hadja Khalifa", se pueden encontrar varios centenares de nombres de historiadores famosos.
Los escritores históricos más antiguos se remontan a la época de los Omeyas. Uno de los primeros escritores fue probablemente Abu Minag, citado por Masudi en su obra "Pastos Dorados". Murió en el año 130 de la Hégira (Año 747).
Verdaderamente la mayoría de los historiadores musulmanes no se dedicaron a construir esas amplias teorías que preocupaban cas vez más al pensamiento occidental, y que caracterizó a la ciencia histórica corriente. Más bien se consideraron como coleccionistas de información de archiveros para la posteridad. Se abstuvieron definirse a sí mismo como intérpretes y jueces de hechos pasados.
Esta concepción de la historia difiere sin duda de la occidental. ¿Pero es esto bueno o malo? Es discutible. De todos modos, es admisible que el autor que cumple con su deber de transmitir las tradiciones legadas a él, sin comentarios ni críticas, muestra más sinceridad e imparcialidad que aquellos otros autores que nos presentan documentos que han sido censurados, corregidos o falsificados, según sus propias creencias.
Pero el decir esto, sería injusto acusar a los historiadores musulmanes de tener una mente estrecha y falta de juicio crítico. Al contrario, ellos consiguieron una gran fama por su amplitud de visión y despertaron interés por aquellas cuestiones que la historia occidental durante mucho tiempo consideró como fuera de su campo.
Por esta causa, la historia literaria ocupa un muy importante lugar en todos sus trabajos.
Es fácil comprender que aquí solamente podemos citar como ejemplo a unos pocos de los más representativos en este sin fin de historiadores musulmanes.
FILOSOFIA
Habría mucho que decir si uno quisiera seguir, paso a paso, el progreso del pensamiento musulmán en el campo de la filosofía. Aquí sólo podemos dar un perfil general de la obra de los pensadores musulmanes en cuanto a la influencia que ejerció sobre la evolución de las ideas filosóficas de occidente.
La especulación filosófica comenzó muy temprano en el mundo del Islam. Hubo un tiempo en que unos escritores tendenciosos se agruparon para negar completamente la filosofía musulmana. Afirmaban que cualquier doctrina en desacuerdo con el contenido del Corán o que proyectase alguna duda sobre sus principios religiosos no hubiera tenido ninguna oportunidad de desarrollarse en el ambiente intolerante del Islam.
Hasta no hace mucho tiempo, los textos históricos todavía enseñaban a los escolares que cuando los árabes conquistaron Egipto, el Califa Omar mandó destruir la famosa biblioteca de Alejandría porque: "Si los libros que hay dentro están de acuerdo con la filosofía islámica, son inútiles; si la contradicen son perjudiciales".
Nadie que posea el más mínimo conocimiento sobre la materia presta atención a tales afirmaciones, frente a las que se levantan amplias pruebas de lo contrario.
No sería ni justo, ni cierto, relegar el pensamiento musulmán al papel de un humilde asistente de la filosofía griega. La especulación filosófica árabe data del primer siglo de la era musulmana y aparece primero en relación con la teodicea del Islam.
Con la expansión y la asimilación de las obras de la antigüedad, el pensamiento musulmán se hace más complejo y más sutil.
En el tercer siglo de la Hégira, bajo Al Kindy, fue fundada la Escuela musulmana de escolástica. Está estrechamente relacionada con la tradición helenística y en ella predominan las tendencias neoplatónicas. Varios escritores de esta Escuela se encargaron de la tarea de reconciliar a Platón y Aristóteles y de ponerles en la misma línea que la religión revelada. Los más ilustres de estos escritores son Al Farabi (el Avicena, a quien debemos un tratado de gran espiritualidad y nobles sentimientos titulado: La ciudad perfecta), Ibn Badja, Ibn Tufayl e Ibn Ruchd (Averroes).
Hoy en día nadie niega que la escolástica cristiana tomó como base los escritos de estos árabes. En filosofía, como en ciencia, el pensamiento musulmán fue un eslabón indispensable entre el pensamiento de la antigua edad y la especulación moderna.
"Es un hecho muy claro que el Islam logró reconciliar el monoteísmo, que es la principal contribución del antiguo mundo semítico, con la filosofía griega, que era la contribución primaria del antiguo mundo indoeuropeo" (Jacques C. Riesler).
Desde luego, debemos recordar que en el mundo de la meditación filosófica, la escolástica forma solamente una parte del pensamiento musulmán, menos importante y ciertamente menos original que el movimiento de ideas producido por grupos teológicos.
En filosofía, como en ciencia, los pensadores musulmanes mostraron una curiosidad intelectual que abarcaba todo. Todos los problemas sobre las causas primarias que se presentaron a la mente del hombre, todas las formas de meditación filosófica que van del empirismo más positivo al misticismo más elevado, pasando por etapas intermedias de escepticismo y racionalismo, encuentran su expresión en una multitud de escuelas filosóficas. Si nos paramos a examinar la escolásticas musulmana más detalladamente, es porque la influencia de sus principales representantes sobre la filosofía religioso y laica fue particularmente importante en la Europa de la Edad Media. Avicena y Averroes alcanzaron tal renombre en Occidente, que su fama superó en mucho la adquirida en Oriente, donde eran conocidos principalmente como médicos.
La importancia de Avicena, que es considerado por algunos como el punto culminante de la historia intelectual de la Edad Media, se basa en el carácter enciclopédico de su trabajo. Ya hemos hablado de su eminente posición en la historia de la medicina. Desempeño un papel no menos importante en la ciencia y la filosofía. Estableció un sistema científico que duró varios siglos. Como principal representante del escolasticismo formuló por completo esta filosofía y le dio toda su amplitud de miras.
La influencia de Avicena en el pensamiento filosófico occidental fue inmensa. "No hay ni una sola tesis de nuestros filósofos medievales que no examine sus relaciones con la filosofía de Avicena. Y cuando más profundamente se examina esto, más claramente se ve que Avicena no fue sólo una fuente de la que todos bebieron libremente sino también una de las principales influencias formativas de sus pensamientos". (A.M. Goichon: La filosofía de Avicena y su influencia en la Europa medieval. Ediciones Adrien Maisonneau, París).
Alberto Magno la tomó como modelo, aunque luchó contra la filosofía árabe en general y Renan en su trabajo "Averroes y el averroísmo", no dudó en afirmar que el maestro de Santo Tomás, que estaba muy influido por Averroes, no era un desconocido del pensamiento avecino. El Papa Juan XXII, antes de subir al trono pontificio, "enseñaba una teoría del conocimiento, en la que Avicena sustituía a Aristóteles".
Guillermo de Auvergne, Alejandro de Hales y muchos otros, aprendieron de la misma fuente. Averroes, cuyo nombre es una distorsión de Abdul Walid Mohammad Ibn Ruchd, tuvo aún más éxito en Occidente que el propio Avicena. Por sus comentarios sobre Aristóteles adquirió una fama inigualable para cualquier otro autor musulmán.
El Reverendo Padre Asín Palacios, que ha realizado profundos estudios sobre el averroísmo teológico de Santo Tomás y que de ninguna manera clasifica a Averroes con los averroístas latinos, toma varios textos del filósofo cordobés y los compara con textos del "doctor angélico" (Miguel Asín Palacios: El averroísmo teológico de Santo Tomás de Aquino, Huellas del Islam, Madrid, 1941).
En 1240, Guillermo Auvergne, entonces Obispo de París, mando que censuraran varias escrituras teñidas de arabismo. En 1269, Etianne Tempier, Obispo de PArís, confirmó esta sentencia. No obstante, esta censura no pudo aplastar el movimiento.
La filosofía árabe continuó desarrollándose. De hecho, Siger de Barabant, que está considerado como el fundador del movimiento que llamamos "averroísmo latino “o "averroísmo cristiano", estuvo enseñado en la Universidad de París entre los años 1266 y 1277.
En el año 1277 el Papa ordenó una nueva investigación cuyo resultado fue la prohibición de 219 escritos considerados subversivos.
Expulsado de la Universidad y obligado a comparecer ante la Santa Inquisición, Siger fue condenado a cadena perpetua. Pero a pesar de todas estas medidas, el averroísmo continuó ganando terreno.
El movimiento de ideas efectuado por Averroes fue tan extenso y las críticas de su trabajo tan contradictorias, que es necesario un considerable esfuerzo para comprender la verdadera personalidad del filósofo. Hay frecuentemente una laguna entre el pensamiento original del comentador y las ideas que se le han atribuido. Debería hacerse una clara distinción entre ambas.
No podemos realizar tal tarea sucintamente. Esperamos que, sin embargo, quede claro que Averroes prevaleció sobre la filosofía Occidental durante varios siglos, que sus doctrinas incluso distorsionadas y disfrazadas, - tanto por los entusiasmados seguidores como por sus implacables oponentes -, revolucionaron el pensamiento de la élite intelectual de Europa y contribuyeron a la liberación del pensamiento occidental de ciertos impedimentos limitativos.
Fuente: http://www.islamerica.org
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